sábado, 15 de septiembre de 2007

Y la vida sigue.......

Día 1 de Febrero: He decidido hacer borrón y cuenta nueva, no me voy a interesar más por este caso y dejaré que la Parca me llegué en el momento que estime adecuado, lo único que desearía es que no me sucediese lo mismo que al infame Silas y que alguien pudiese expresar sus condolencias por mí sobre una sepultura conocida y adec.... Susan, mi secretaría, interrumpe mis pensamientos para informarme que el Sr. Julius ha llamado para confirmar una reunión para almorzar a las 13:00 en un restaurante cercano a Times Square. Acudiré y les comunicaré mi decisión.

Acudo a la cita a la hora exacta y extrañamente soy el último en llegar a excepción de Tony que esta en cama descansando de sus heridas, afortunadamente para él sus heridas únicamente son físicas. En los preliminares del almuerzo, John nos informa que la Policía ha acudido a su domicilio para acompañarlo a la Comisaría Central, donde ha tenido una conversación con el Tte. Poole, que es el encargado del caso de asesinato del Sr. Elias. El Teniente, extraoficialmente y muy amablemente pero con firmeza, le ha lanzado por encima a toda la caballería, tachándole a él personalmente, y al resto en ausencia, de simples pistoleros justicieros aficionados y que en caso de no permitir que la Policía hiciese su trabajo nos acusaría de Obstrucción a la Justicia por ocultación de pruebas. En algo estoy de acuerdo con John y es en que parece irónico que nos acusen con esta imputación si lo que, personalmente opino, todos deseamos es que se haga Justicia en este caso y son las autoridades las que ponen trabas para ello, por tanto decido aparcar mi idea y llegar hasta el fondo de este asunto. Antes de que lleguen los postres, por cierto deliciosos aunque ligeramente amargos, todos están ya explicando sus progresos e ideas sobre nuevas líneas de investigación en este caso: Visitas a la Librería del Congreso en Washington, reuniones con editoriales británicas, compras de libros sobre cultura africana, ¡Visitas a defensores de los negros!..... En esto caigo en la cuenta de que había concertado esta tarde una cita con la Srta. Carlyle para realizar una donación a su Fundación tras haber insistido en ello por medio de otra misiva a dicha Srta, estoy convencido que su Secretaría Personal debe tener algo que ver en este asunto. Debo irme a casa a cambiarme de vestuario, debo dar una buena impresión y sin dar tiempo a que Curtis se explaye explicándonos (una vez más) como consiguió, con fuerte viento en contra, un "eagle" en el hoyo 7 durante los Campeonatos de 1930 en Fresh Meadow doy por terminada mi presencia y despidiéndome de todos abandono el local.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Encrucijada de Caminos

Mientras los "fontaneros" solucionan el "escape" Tony y yo nos reunimos con el resto del grupo en una cafetería cercana. Las caras de asombro al darles la noticia son la tónica general para dejar paso a la incredulidad por lo sucedido y me preguntan cual es la causa de la muerte informándoles que no hay signos de violencia, no parece un suicidio y nuestros "fontaneros" no han hecho nada extraño en nuestra presencia pero que a la vista de que el cadáver va a desaparecer no podré realizarle autopsia alguna. En todo esto llega Nestór y doy por terminada mi jornada por hoy partiendo hacia mi morada, quedamos para cenar esta noche y acepto.

Día 30: Llega la hora de partir hacia la cena pero realmente estoy agotado y llamo a John para excusar mi presencia.

Día 31: Quedamos para almorzar y las dudas ante la tesitura en la que nos encontramos y como cambiará nuestras vidas planean como aves de rapiña sobre la mesa. De todos nosotros el más implicado, como no, es John y el que expresa con mayor vehemencia sus deseos de tener una vida tranquila para él mismo y su familia es Curtis. El resto nos movemos entre dos aguas y estamos en mayor o menor medida desanimados.

Julius es el que apunta algunas posibilidades que se abren ante nosotros, se puede comprobar que no ha perdido su carácter guerrero, y decide tomar las riendas de la conversación dando orientación a nuestros esfuerzos. Para empezar desea ponerse en contacto con la hermana del Sr. Carlyle quien por cierto no ha contestado a la nota que le remití hace dos días.

¡Cómo puede cambiar la vida en un instante!

¿Qué harían mis padres y mis hermanos segundos antes de que su barco chocase contra el errático iceberg en la inmensidad del Atlántico Norte?
¿En qué pensaría Isaac Newton antes de observar la caída de la manzana artífice de su Teoría?
¿En que pensaría Servet sabiéndose poseedor de la verdad mientras ardía por hereje?
¿En que pensaría el maldito Silas en el preciso instante de su muerte?

¿En qué estoy pensando ahora mismo?....... Opino que es mejor reservarmelo.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Causa R9-99

Tras la decepción, abandonamos el lugar y partimos hacia mi consulta en la calle 52 con la 5ª Avenida para tranquilamente poder interrogar a Silas. Tras conversar con el portero del edificio y tranquilizarlo sobre nuestra presencia en el edificio accedemos a la consulta, son las 4 de la mañana y creo que necesito un descanso urgente pero por ahora es imposible. Julius, Tony y Henrietta se acomodan lo mejor que pueden en busca de un descanso reparador.

El inicio es desesperanzador y Silas sigue con su discurso de inocencia pero las buenas maneras de John consiguen hacer que Silas cambie su discurso, se muestre altivo, sereno, amenazante e inicie una retahíla de desvaríos sobre unas entidades llamadas Atu, el ojo omnímodo, y Chakotta, el de las muchas formas, catalogarnos de insectos y que estamos muertos aunque aún no seamos conscientes de ello para acto seguido encerrarse en un mutismo total. Henrietta resume a la perfección nuestro estado de animo y al mismo tiempo rompe el tenso ambiente: "Este hombre se esta ganando un guantazo".

John me solicita una jeringa hipodérmica para suministrarle un opiáceo y poder continuar el interrogatorio. El efecto he de reconocer que es espectacular, parece que sus defensas hubiesen caído completamente y empieza a contestar nuestras preguntas con extraños conceptos de los que transcribo un somero resumen: " Hay que engordar a Chakotta sacrificando gente.... esta en el pozo...... Mugunga.......... sólo somos peones.............. hay que hacer lo que diga.............. cita algunos libros............ han allanado la casa de la hermana del Sr. Carlyle.......... ella no sabe nada". De repente y como una losa cae sobre mí la necesidad de un descanso. Ya hace prácticamente 24 horas que no duermo y la noche esta siendo demasiado larga. Creo que ya no hay marcha atrás en este asunto pero ahora surge la duda sobre que demonios hacer con este maldito ocultista, le aplico un poco de éter en un pañuelo para que no moleste y despertamos a nuestros amigos, son las 6:30 de la mañana y el Sol parece querer despuntar tímidamente para librar de tinieblas a esta ciudad. Aprovecho para llamar a Néstor y decirle que venga a la ciudad a buscarme.

Tony nos da una posible solución, será algo cara pero nos dará unos días de maniobra, dado que conoce a unos "amigos" que por un módico precio pueden hacerse cargo de Silas. Decidimos que es lo más adecuado, Tony hace una llamada y posteriormente nos confirma que esta todo arreglado y que lo más adecuado sería que estuviésemos implicadas las mínimas personas posibles en el asunto y dado que estamos en mi consulta decidimos quedarnos únicamente Tony y yo mientras Julius, John, Henrietta y Curtis (que por fin ha aparecido tras múltiples llamadas telefónicas) nos esperan en una cafetería cercana.

Sobre las 7 de la mañana aparecen un par de "fontaneros" para arreglar el escape de mi consulta, su aspecto es realmente patibulario y no tengo dudas sobre a que club social pertenecen. Tras unos breves saludos empiezan a intercambiar rápidas y sonoras frases con Tony en italiano y parecen asentir, nos preguntan donde esta el escape y Tony les señala la habitación de al lado, decido volver a administrar una aplicación de éter sobre las fosas nasales de Silas para que no cause problemas durante el transporte. Me piden un saco o un arcón y dado que no dispongo de dichos artículos en la consulta deciden llevárselo enrollado en el interior de una alfombra. Cargan con su cuerpo y cuando están depositándolo uno de ellos suelta en su jerga lo que parecen una retahíla de juramentos, coge del brazo a Tony y sigue gesticulando mientras sigue hablando con él. Tony me indica que Silas esta muerto, no puedo dar crédito a lo que me dice y le busco el pulso sin resultado, la prueba del espejo frente a su boca confirma el diagnostico: "Silas esta muerto"

¿Cómo es posible? Rápidamente le abro la boca para comprobar que no se haya tragado su propia lengua pero todo es normal, tampoco existen signos de violencia, ni sangre en la camilla. Sinceramente no me importa y si he de confesar algo es que me alegro. Dado que los "fontaneros" me piden algunas herramientas para deshacerse del cadáver y no será posible realizar una autopsia en profundidad la causa de la muerte quedaría bajo el apartado R9-99.

¿Es qué no puedo desconectar del trabajo ni en una situación como esta? Las 7:45 y Nestór sigue sin llegar, quizás debería cambiar de automóvil.

"Fieles hacia la Muerte"


Al descender del coche patrulla se cumplen mis peores pronósticos: Únicamente dos policías y sin muchas luces. Tras acercarse a nuestro vehículo e identificarnos se dirigen hacia la entrada de la tienda y tras un breve vistazo sentencian que no se observa nada anormal ni existen signos de lucha. John, Henrietta y Tony explican a tres voces la historia del secuestro de un niño y de que se encuentra en el interior de la tienda y tras una breve conversación con John deciden entrar en la tienda reventando la puerta de una patada mientras nos indican que nos quedemos en nuestros vehículos y haciendo caso omiso de nuestras advertencias sobre la existencia de un número de enemigos armados con machetes superior al suyo. Creo que ahora sé el porque del lema del Departamento de Policía de esta ciudad: "Fidelis Ad Mortem".


Tras un par de intentos la puerta se abre y con precaución se adentran en la tienda, tras un vistazo al interior vuelven y afirman con rotundidad que no hay nada extraño en el interior. Tras otra insistente perorata por parte de John, y sospecho que con algún aliciente más material, deciden volver al interior e investigar la trastienda en compañía de John en tanto que Tony y Julius se posicionan en el exterior por si hay problemas. Silas parece que empieza a recuperarse del golpe anterior y decido administrarle otra dosis de culata.

Tras un buen rato en el interior y pese a las quejas de John los policías nos conminan a abandonar la tienda mientras se "preparan" una coartada con trasfondo de robo y puedo constatar que nuestros refuerzos han sido la encarnación perfecta de la frase que cita que la justicia es ciega y a esto le puedo añadir, de cosecha propia, que en este caso parece que también sorda.

En la soledad de Harlem

Tras un breve intercambio de pareceres al frío aire de la noche, nuestra pequeña Hermandad decide que la Policía Metropolitana de Nueva York es la solución a nuestros actuales problemas, no estoy en absoluto de acuerdo pero prefiero que se den cuenta por si mismos del error de su planteamiento. Tony parte a la búsqueda de un teléfono público y tras un corto lapso de tiempo vuelve corroborando mis sospechas iniciales, no van a hacer nada al respecto. John insiste en el tema y vuelven a marcharse, esta vez nos quedamos solos Julius y yo controlando las cercanías del callejón donde se encuentra la Juju House por si aparece nuestro amigo Silas.

Han pasado más de veinte minutos desde que se marcharon a intentar convencer a la Policía y matamos el tiempo jugando a las cartas, de repente Julius me avisa: "El negro, el negro" me giro instintivamente y allí esta Silas avanzando presuroso hacia el callejón, me vuelvo hacia Julius para decirle algo y veo que todo era una treta suya para poder hacer trampas en la partida pero por esta vez la fortuna se ha mostrado benévola con nosotros. Abandono el automóvil y extraigo del bolsillo de mi gabán el revolver mientras avanzo hacia el viejo, éste se percata de mi presencia e intenta alcanzar la seguridad del callejón pero reduzco la distancia rápidamente y evito que acceda al mismo mientras Julius se posiciona a su espalda y Silas intenta atacarlo con su bastón. Se produce una situación que si no fuese por su importancia resultaría cómica con Julius forcejeando con Silas sin poder reducirle y decido acabar con esta situación disparando un tiro al aire, por supuesto funciona y a partir de ese momento Silas se muestra más receptivo a acompañarnos hacia el vehículo. Un par de cabezas aparecen por las ventanas pero rápidamente vuelven a la seguridad de sus hogares.

Una vez en el interior del vehículo Silas adopta una postura sollozante y empieza a unir frases sin sentido y dando la sensación de no saber ni quien somos ni lo que hacemos aquí y mostrándose muy nervioso. Pienso que en cualquier momento puede ponerse a gritar, con lo que quizás tendríamos problemas y de un golpe de culata le hago perder el conocimiento, recostándolo en el asiento trasero. Miro mi reloj de bolsillo y compruebo que las manecillas marcan las 2:30 de la mañana y pienso que quizás nuestros compañeros pueden haber tenido más problemas en este barrio, alzo los ojos y veo que Julius me observa boquiabierto mientras lanza intranquilas miradas hacia Silas, estoy a punto de hacerle algún irónico comentario cuando de repente dos vehículos encaran la calle hacia nuestra posición, uno de ellos es el desvencijado automóvil de Tony y el otro es una patrulla de la Policía. Parece que los "salvadores" refuerzos han llegado aunque parece que soy el único que persiste en la idea de que dos agentes no son la solución aunque mis amigos se muestran esperanzados e incluso Henrietta parece creerlo, creía que era más realista.