martes, 4 de diciembre de 2007

La Mirada del Suicida

Hemos decidido "obtener información" de uno de los cultistas reteniéndolo en su casa. Creo que vamos a hundirnos un poco más pero cada vez me molesta menos. Julius parte hacia Washington para comprobar algunos libros, si en dos días no tenemos noticias de él creo que deberíamos empezar a buscarlo por Chicago.

Tony va de compras para obtener vestuario adecuado para poder pasar por cultistas y yo voy a buscar "equipo de apoyo".

1 de Marzo: Entramos en casa de los Jones, que por si no lo he indicado antes, también son cultistas y tras confirmar nuestras sospechas nos encaminamos a casa del Sr. Paske para retenerlo. Tras peripecias varias conseguimos entrar Tony y yo en la casa y nos preparamos para enfrentarnos al peligro, todo sucede muy rápido y tras un intenso forcejeo conseguimos reducirlo y podemos hacer que el resto del grupo entre.

Lo interrogamos y John confirma que tiene como mínimo doble personalidad y nos da bastante información sobre la reunión que tendrá lugar el próximo día 3 en la mansión Moguens y hemos decidido intervenir.

Todos los suicidas que pude estudiar durante el crack del 29 tenían una expresión de horror reflejado en la mirada, aquellos cuyos globos oculares no explotaron al impactar contra el suelo. Al preguntarle al Dr. Ambrose por la causa física que podría provocar esa rictus, éste me contesto que era un efecto secundario del suicidio. Intrigado le solicite que me ampliase ese concepto y el Dr. Ambrose con una leve sonrisa en el rostro me explico que era debido a la certeza del suicida, tras su salto, de que ya no había marcha atrás y que el final de su viaje cada vez se aproximaba a mayor velocidad.

Creo que empiezo a notar una leve brisa en mi rostro......

domingo, 18 de noviembre de 2007

Visiones

Por la noche nos reunimos en la vivienda de Henrietta para hablar sobre lo conseguido y John plantea la necesidad de vigilar a las personas a las que se les entregaron las cartas y empezar ya desde mañana domingo, yo me excuso de ello y me marcho a navegar, cosa que siempre me ha despejado la mente.

Mientras navego por el Hudson una idea acude a mi cabeza y decido ponerla en práctica mañana. Llamo a Henrietta y le pido la llave, objeto que me entrega sin objetar nada y sin preguntas. Eso me ha gustado.

Primero acudo al Registro de la Propiedad y averiguo que los terrenos donde se encuentra ubicada la parroquia de... ¡la parroquia!, pertenecen a Fenuku Mosy desde 1924 y anteriormente pertenecían a Ambrose Moguens. ¡Perfecto!

Posteriormente acudo a visitar al Sr. Byron y además de hacerle alguna consulta particular, le llevo la llave para ver si puede conseguir ayudarme.

Tras un extraño ritual, no apto para personas influenciables, transcribo lo que el Sr. Byron me comunica: "La llave es un símbolo de Status...su función es la de servir para acceder pero no abre puertas.... forma parte de algo más grande.....ha visto una media luna y un lugar aislado en medio de la Naturaleza (bosques).....el subterfugio forma parte de esto de alguna manera....cocodrilos.....Tartar no es un lugar y esta relacionado con la llave.....es su cerradura"

Le agradezco sinceramente, y dinerariamente, al Sr. Byron su tiempo. Parto rápidamente a compartir mis averiguaciones con mis amigos mientras intento olvidar otras cosas.

Preguntas Interesantes

Al abandonar la Parroquia de.... de.... ¿Mosy?, bueno, al abandonar la parroquia le seguimos a una distancia prudencial. La habilidad de Tony para ser tan diestro en habilidades que bordean la Ley no deja de sorprenderme y sin que detecten nuestra presencia les seguimos mientras abandonan la ciudad. Hacen una parada frente a una casa y dejan algo en el buzón y prosiguen la marcha. Curtis baja para conseguir lo entregado mientras el resto continuamos la persecución. Repiten el procedimiento en otra casa y posteriormente prosiguen viaje hasta una mansión aislada propiedad de un tal Ambrose Moguens.

Volvemos a recoger a Curtis, que ha conseguido recuperar lo entregado en la primera casa, aunque para ello ha tenido que reventar el buzón. Otro cargo a nuestra lista criminal.

Se trata de un sobre que contiene una llave con el nº 108 y una tarjeta mitad blanca y mitad negra en la que se muestra "Sunday 3/3" y la palabra Tártaro. Vamos a hacer una copia de la llave y posteriormente volvemos a depositar en el buzón el sobre. Para no levantar sospechas Tony procede a abrir varios buzones más en el vecindario para no despertar sospechas.

A veces me pregunto cosas como por ejemplo si somos Buenas personas haciendo cosas Malas o Malas personas haciendo cosas Buenas o ¿Dónde acaba la línea que delimita la personalidad de un servidor de la Ley y comienza la que marca el destino de un despiadado asesino?

Nuevas Conexiones

Al día siguiente, y con una acuciante falta de sueño, se comenta el tema de cierto sacerdote que tiene una parroquia en Harlem y cuyo nombre posee la extraña habilidad de bailar en mi cabeza y nunca consigo quedarme con el mismo, ¡Ajá, ya estamos otra vez, ahora no sé si se llama Mosley, Mosy, Mosby! lo dejaremos en Mosy que es más corto. Pues bien, el tal Mosy parece que ayuda a las personas africanas que llegan a Nueva York y por tanto puede ser de utilidad para localizar esbirros de Mugunga.

Vamos en el auto de Tony y aparcamos cerca de la parroquia y comprobamos que, efectivamente, parece existir como una especie de albergue para persona africanas y observamos también como acuden africanos a la hora de la comida. De repente, Tony y John se miran el uno al otro mientras señalan hacia la puerta de la parroquia.

¡Es el bastardo que estaba en la habitación de Elías!

Miro hacia la puerta y observo que junto al sacerdote hay un blanco no muy alto y bastante pálido y delgado con el que esta departiendo. Por fin tenemos un objetivo claro en el punto de mira.

domingo, 28 de octubre de 2007

El Cinematógrafo

Poco a poco todos vamos llegando a la residencia de Henrietta y presento al Sr. Kengsinton al resto de nuestro grupo, del que algunos miembros sólo habían tenido un fugaz contacto con él durante el funeral del Sr. Elias.

Tras acomodarnos y apagar las luces nos preparamos para sumergirnos en el maravilloso mundo del cinematógrafo pero en ese momento John vuelve a encender las luces de la habitación y nos da una charla sobre las situaciones por las que hemos pasado y que siempre podemos contar con su ayuda personal y profesional, a mí esto me parece reiterativo ya que no hace ni 15 minutos que me llevó a un aparte y me comentó exactamente lo mismo, en fin, hay algún aplauso irónico tras su discurso y volvemos a apagar las luces. La luz del proyector ilumina el ambiente y se inicia la proyección.

Las imagenes que se reflejan en la pantalla, a pesar de su escasa calidad, nos dejan a todos sin aliento. Prefiero no comentar lo visto pero es difícil que lo olvidemos, aunque en cierta manera no se aparta mucho de alguno de mis casos y mi antigua experiencia. Debe ser sin duda una película trucada, ya que nadie podría autoinflingirse tal cantidad de daños internos manteniendo la consciencia.

Tras comentar la cinta, los demás se marchan y sólo quedamos en la vivienda Julius, Henrietta y yo que pasaremos aquí la noche gracias a la hospitalidad de Henrietta y tras despedirnos, cada uno marcha a su habitación.

Me despiertan abruptamente en plena madrugada y mientras Julius mueve nerviosamente su revolver, Henrietta me comenta que alguien estaba en el piso junto a mi habitación. Revisamos las entradas y todo esta en perfecto estado. Me entristece que el visionado de la película le haya alterado de tal modo sus nervios.

¿Quién es Laura Angel?

¿Quién es Laura Angel? le pregunto al Sr. Kengsinton, aunque la misma pregunta en mi interior no sea tan adecuada, éste encoge sus hombros y comenta que no tiene ni idea, el paquete lleva un matasellos de Los Angeles con fecha 23 de Octubre. Llamo a Henrietta, ya que sé que posee un equipo de visionado en su vivienda, y le comento si es posible invitar también al Sr. Kengsinton a lo que accede. Tras colgar el teléfono, le pregunto al Sr. Kengsinton por los motivos que motivaron que el Sr. Elias se interesase tanto por la expedición Carlyle pero no consigo sacar mucho más en claro.

Invito al Sr. Kengstinton a almorzar y a hacer tiempo hasta que sea el momento de acudir a casa de Henrietta. Durante el almuerzo, y pensando en alguno de mis amigos, le comento si estaría interesado en que siguiésemos los pasos de las indagaciones del Sr. Elias sobre la expedición Carlyle y si podría financiar parte de los gastos. En principio se muestra sorprendido pero su respuesta es positiva y quedamos para el próximo martes 26 de Febrero a las 10 de la mañana y seguir tratando el tema.

Al abandonar el restaurante tengo, perfectamente nitida, la sensación de que alguien nos observa pero no logró descubrir nada. Decido despistar a nuestros perseguidores entrando en la Catedral de San Patricio y tras unos breves momentos controlando que personas entran tras nosotros y su actitud decido abandonar el recinto por una de las puertas laterales e inmediatamente tomar un taxi hasta el domicilio de Henrietta. El Sr. Kengsinton me observa perplejo pero es que el pobre no había detectado nada. ¡Los de despistado, no me cabe la menor duda!

jueves, 25 de octubre de 2007

Fenómenos extraños

Durante las tardes del 20 y el 21 de Febrero acompaño a Tony a la Mansión Carlyle, donde un empleado de Kodak le instruye en el manejo de la máquina para microfilmar los libros "malditos" y yo mientras tanto me dedico a repasar los Manuscritos Pnakoticos, más que nada para intentar averiguar que puede haber visto Julius en estas lecturas.

Por fin Tony se dispone a microfilmar los libros y se decanta por empezar el proceso con el Libro de Eibon. En el momento en que realiza la primera fotografía, los acontecimientos se suceden.

La máquina empieza a temblar, la lente de la máquina se rompe, la atmósfera de la habitación parece más opresiva, las luces que la iluminaban se apagan e incluso el fuego que calentaba el hogar se apaga súbitamente. Sin lugar a dudas, el miedo sobrevuela la habitación e incluso yo me quedo sin poder objetar una explicación racional a estos sucesos y abandonamos la Mansión con una extraña sensación que nos acompaña.

Al día siguiente, y a la vista que parece que vamos a tener que seguir pistas fuera de New York, acudo a editorial para la que trabajaba el Sr. Elias para hablar con su jefe. A mi llegada me sorprende su recepción cuando me comenta que estaba a punto de contactar con nosotros ya que le acaba de llegar un paquete desde Londres y que parece contener la lata de una película cinematográfica.

En el exterior una nota que dice "¿Laura Angel, 1er intento?. Si quieres hablar estaré en el piso de Londres".

Creo que voy a necesitar una excedencia.