miércoles, 8 de agosto de 2007

Juju House

28 de Enero: Abnett, John y yo nos encaminamos a la tienda de Arte Africano "Juju House" situada en Harlem, concretamente en Ramson Court un callejón en la 137th street. Durante el trayecto observo que Harlem a cambiado bastante desde la derogación de la Ley Seca, el ambiente parece más degradado y se observa a nuestro auto con recelo. Llegamos a la dirección indicada y John confraterniza con los nativos.

Abnett y yo entramos en la tienda . Los productos son muy exóticos pero todo me parece tallado del mismo árbol, encontramos a Silas N'Kwane cuyo nombre aparecía entre los papeles del Sr. Elias, encaramos directamente la cuestión y nos responde con seguridad, pero me da la sensación de que sabe más de lo que dice. Dado que ese no es mi campo, salgo a buscar a John y espero junto al auto.

Tras esperar unos 20 minutos, abandonan la tienda y me explican lo sucedido. Tras presionar ligeramente a Silas N'Kwane este mostró un cierto nerviosismo y nos ha citado el martes día 29 por la noche en un callejón de Harlem. Sinceramente, no me gusta nada esta situación.

Al llegar a mi residencia busco el significado de la palabra Juju: Juju es un aura u otra propiedad mágica, usualmente unidas a los espíritus o a la suerte, la cual se centra en un objeto especifico.
Contacto telefónicamente con la amable Sra. Cornell, a la que se que apasiona cualquier conversación relacionada con temas fuera de lo común y me comenta que dicha palabra también se refiere globalmente en la sabiduría africana, a los fantasmas y los espíritus.

Sé que los fantasmas y los espíritus no existen, al menos los que supuestamente contactan con los "mediums" que he tenido el dudoso gusto de tratar, pero sinceramente nunca he podido llegar a tener la certeza absoluta.

¿Tenemos libre albedrío tras la muerte para decidir si queremos continuar nuestra existencia en este mundo como espectros?

¿Existe algún plazo determinado de existencia para esos seres?

¿Será posible realmente contactar con ellos?

Me sigue sorprendiendo mi capacidad para intentar resolver una cuestión y finalizar la misma creando varias más. Es tarde, voy a engrasar a mi compañera de aventuras para pasadomañana, aunque espero no tener que hacer uso de ella, y no debo olvidar llevar también mi maletín, nunca se sabe que urgencia puede aparecer en los callejones de Harlem.

domingo, 5 de agosto de 2007

Estirando del hilo

25 de Enero: Tony nos comenta lo que puede ser una de las causas para que la noticia este pasando de puntillas entre la prensa escrita.
Durante su estancia en el Hospital, recibió la visita de un abogado que representaba a un benefactor anónimo y que estaba dispuesto a entregar una buena cantidad de dinero para que el asunto no se hiciese público. Por supuesto Tony le comento que ya se lo pensaría.

Nos dividimos en las pesquisas sobre lo conseguido en la habitación del Sr. Elias, Henrietta esta muy ocupada para acompañarnos, parece que tiene sesión de spa y manicura. Acompaño a Tony a la Comisaria de Policía, en principio para evitar que haga esfuerzos innecesarios para la recuperación de su fracturada costilla, la verdad es que no puedo evitar pensar que una persona con su aspecto podría ser arrestada en cualquier momento aunque evitaré todo signo en ese sentido.

Llegamos a la Comisaría y observo el funcionamiento de la Policía. Sinceramente preferiría seguir viviendo en la ignorancia

26 de Enero: Volvemos a la Comísaria para hablar con el Tte. Pool, que es el encargado del caso del Sr. Elias. Lo único que sacamos en limpio es un café espresso y que nuestros benefactores son unos grandes devoradores de rosquillas.
Investigamos Tony y yo por los alrededores del Hotel Chelsea y tras conversar con una vecina ociosa, ésta nos comenta que el día del suceso vio un coche modelo Hudson de color negro con matricula de Nueva York y que observó al tercer atacante descender por la escalera de incendios. Hablo por teléfono con Henrietta y decidimos acudir a Misa al día siguiente para intentar contactar con Erika Carlyle.

27 de Enero: Acudo a la Saint Pattrick Cathedral para localizar a la Señorita Carlyle. No tengo fortuna pero puedo afirmar que a pesar del tiempo transcurrido todavía tengo presente la liturgia religiosa católica.
Nos reunimos para comer, una vez más, y compartimos la información conseguida, lo más importante es lo siguiente:
- El Sr. Elias llego a la ciudad el día 13 de Enero en el "Phalarope" que zarpo de Londres el 28 de Diciembre.
- El Sr. Jonah Kengsinton nos entrega una nota escrita en Londres por el Sr. Elias y que parece escrita por alguien muy alterado, con una terrible caligrafía y francamente al borde de la locura por la interpretación de la misma que realiza Julius.
- Debemos acudir a la tienda de Arte Africano "Juju House" situada en Harlem.

Lo mejor de la reunión es cuando Henrietta lanza la siguiente pregunta al aire:
¿Con quién de vosotros creéis que me acabaré desposando?

Las caras de estupefacción son para inmortalizarlas, sobre todo cuando sin pausa alguna va desgranando sus razones para que esa circunstancia no se lleve a cabo. Me sorprende que la mía sea que mi trabajo la intranquiliza. Rompo el hielo diciendo que no debería preocuparse por que me llevase trabajo a casa... o quizás sí.


Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin.

25 de Enero: La frase, de Rabindranath Tagore, acude a mi mente mientras soportamos el gélido día elegido para celebrar el enterramiento de Jackson Elias. La escena haría las delícias de cualquier seguidor del Romanticismo: Solitarias figuras bajo un mortecino Sol que no consigue insuflar el calor de la vida a la escena e incluso las palabras del sacerdote parecen sonar con tono lugubre sin necesidad de artificio.

Otra frase, esta vez de Robert Green Ingersoll "En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias" me trae el recuerdo de la situación vivida en la granja cercana a Miskatonic ya hace algunos años. ¿Alguno de los presentes no estaría aquí en este momento si no hubiese sido por el Sr. Elias? Por cierto ¿Dónde esta Julius?

El único asistente al funeral, aparte de nuestro grupo es una persona de mediana edad, algo obeso y de cabello cano. Tras finalizar la ceremonia John se acerca y entabla una conversación con el desconocido. Su nombre es Jonah Kengsinton, editor del Sr. Elias. Escucho a John hablar y llego a la conclusión de es mucho mejor golpeando que hablando. Es una suerte que en su profesión deba escuchar a sus pacientes la mayor parte del tiempo.

Todos comentamos las pocas noticias que se han publicado sobre el suceso. A todo esto llega Julius, quien azorado nos confiesa que se ha confundido de iglesia y apareció en medio de una ceremonia de boda.

¿Le habrán afectado tantos viajes por el Mundo? ¿Será el síntoma de alguna enfermedad? Creo que la Ciencia todavía no puede tener respuestas a estos enigmas.


El Hilo de Ariadna

17 de Enero: No he dormido lo suficiente pero no me importa, la causa lo merecía. Durante un frugal refrigerio, Henrietta nos muestra el contenido que consiguió extraer de la habitación 410 del Hotel Chelsea, la del difunto Sr. Elias.

Varias tarjetas de visita, un par de fotografías sin comentarios anotados, una caja de cerillas, un par de misivas y el anuncio de una conferencia sobre ritos salvajes en África.

Me espero lo peor, pero por ahora nadie ha pronunciado las, por mi parte, temidas palabras.

Intentaré distraerme con mis quehaceres en el Technical Crime Laboratory.