domingo, 28 de octubre de 2007

El Cinematógrafo

Poco a poco todos vamos llegando a la residencia de Henrietta y presento al Sr. Kengsinton al resto de nuestro grupo, del que algunos miembros sólo habían tenido un fugaz contacto con él durante el funeral del Sr. Elias.

Tras acomodarnos y apagar las luces nos preparamos para sumergirnos en el maravilloso mundo del cinematógrafo pero en ese momento John vuelve a encender las luces de la habitación y nos da una charla sobre las situaciones por las que hemos pasado y que siempre podemos contar con su ayuda personal y profesional, a mí esto me parece reiterativo ya que no hace ni 15 minutos que me llevó a un aparte y me comentó exactamente lo mismo, en fin, hay algún aplauso irónico tras su discurso y volvemos a apagar las luces. La luz del proyector ilumina el ambiente y se inicia la proyección.

Las imagenes que se reflejan en la pantalla, a pesar de su escasa calidad, nos dejan a todos sin aliento. Prefiero no comentar lo visto pero es difícil que lo olvidemos, aunque en cierta manera no se aparta mucho de alguno de mis casos y mi antigua experiencia. Debe ser sin duda una película trucada, ya que nadie podría autoinflingirse tal cantidad de daños internos manteniendo la consciencia.

Tras comentar la cinta, los demás se marchan y sólo quedamos en la vivienda Julius, Henrietta y yo que pasaremos aquí la noche gracias a la hospitalidad de Henrietta y tras despedirnos, cada uno marcha a su habitación.

Me despiertan abruptamente en plena madrugada y mientras Julius mueve nerviosamente su revolver, Henrietta me comenta que alguien estaba en el piso junto a mi habitación. Revisamos las entradas y todo esta en perfecto estado. Me entristece que el visionado de la película le haya alterado de tal modo sus nervios.

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