sábado, 1 de septiembre de 2007

All Quiet on the Western Front

El día 28 transcurre bajo una estela de normalidad aparente y me entrego a mi trabajo para mantener la cabeza ocupada. En una especie de terapia grupal (¡Que idea más absurda!) como las que utiliza, aquí en New York, un tal S.R. Slavson ponemos en orden todos los datos de los que disponemos hasta el momento referentes al Sr. Elías y sus indagaciones. Decidimos ponernos en contacto con la hermana del Sr. Carlyle para intentar ahondar más en nuestras averiguaciones.
Día 29: Esta noche he vuelto a soñar con la Granja Chapman y todo lo que ello conlleva y he necesitado una pastilla de ácido acetilsalicilico para eliminar el dolor de cabeza. Recibo una llamada de Tony preguntándome si deseo acompañarle para hacer algunas averiguaciones más, me excuso en mi jaqueca y declino la invitación, quedando para almorzar hacia el mediodía con todo el grupo en Nueva York. Creo que hoy pasaré a visitar a la adorable Mrs. Cornell y departiré con ella y le explicaré una de esas historias truculentas que tanto le gustan utilizando como base nuestras vivencias de estos días.

¡Casi olvido remitir la misiva a Mrs. Carlyle!Tras presentarme y refrescar su memoria acerca de mi persona intento captar, de manera excesivamente profusa creo yo, su interés sobre la expedición en la que participó su hermano, pero sin desvelar excesivos detalles, con la excusa de la realización de un laudatorio libro sobre dicha expedición y sus componentes.

Durante el almuerzo marcamos la pauta que seguirá nuestra expedición a Harlem esta noche y todos están ilusionados con la posibilidad de conseguir una información tan importante que deba ser entregada de tan discreta manera. Todo esto me recuerda una película que contemplé en el cinematógrafo hace ya más de cuatro años y cuyo título era "All Quiet on the Western Front" en la que un grupo de jóvenes alemanes acuden ilusionados a la Primera Guerra Mundial para luchar por sus ideales y acabar, en cambio, totalmente desilusionados. Deseo que nuestra pequeña hermandad no termine su periplo del mismo modo

He de confesar que albergo dudas:
¿Están preparados frente a lo que nos enfrentamos?
¿No será todo esto obra de un desquiciado mental y nos estamos adentrando en una fábula sin fundamentos solidos?

Creo que he encontrado la solución para alejar estos pensamientos..............

¡Camarero, un White Russian por favor!

2 comentarios:

Tony Contini dijo...

Menuda fiesta la de la noche, Henry... Mi coche necesitará una chapa nueva. Y acabamos de empezar. Algo gordo se cuece en el Bronx.

Tony Contini dijo...

Estooooo, en el Harlem. Siempre me hago un lío con esto de los distritos. Ya se sabe, de noche todos los gatos son pardos.